El nuevo actor político en España: así avanza el municipalismo

El municipalismo se ha convertido en la respuesta política más directa al cansancio hacia los grandes partidos, reuniendo a plataformas locales que solo se deben a su municipio y no a una estructura nacional. Movimientos muy diversos en lo ideológico, pero unidos por una misma premisa: gestionar sin las ataduras de las grandes siglas y priorizar lo inmediato, lo práctico y lo cercano.

Este fenómeno ya no es marginal. Controla varias alcaldías y tiene peso decisivo en mancomunidades y diputaciones. Incluso ha dado lugar a una red que agrupa a la mayoría de estos proyectos locales. En muchos sentidos, el municipalismo reproduce —a escala aún más pequeña— lo que antes hacían los regionalismos: reclamar representación propia para defender lo que consideran justo para su territorio.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

La explicación más clara es el desgaste progresivo de los partidos nacionales. Tras décadas de alternancia, crisis y conflictos internos, parte de la ciudadanía demanda representantes independientes, ajenos a estructuras superiores que condicionen sus decisiones. Cada periodo de desgaste de un gran partido ha generado una respuesta: del PSOE al PP, del PP al PSOE; después del 15M surgieron nuevas fuerzas como Podemos, Ciudadanos o Vox. Ahora ese impulso se está trasladando al ámbito local.

En este nuevo escenario, muchos movimientos municipalistas empiezan incluso a coordinarse para dar el salto a las autonómicas, como ya vemos en Murcia, Valencia o Andalucía. Esto abre una pregunta inevitable: ¿se están convirtiendo en aquello que criticaban?

Otro debate clave es si estos proyectos dependen más de sus líderes que de sus ideas. Muchos no sobreviven a la retirada de su figura principal, lo que sugiere que el atractivo reside más en la persona que en el programa. Ideas similares defendidas por distintos portavoces pueden obtener resultados totalmente diferentes.

Aun así, el municipalismo introduce algo novedoso en la política española: un espacio de consenso donde las ideas pesan más que la ideología. Para algunos, este podría ser el nuevo “centro político”, un lugar históricamente inestable, como demostraron la UCD de Adolfo Suárez, UPyD o Ciudadanos. Si este nuevo centro será efímero o sólido, solo el futuro lo dirá.

La próxima prueba serán las elecciones autonómicas de Andalucía, donde 100x100 Unidos competirá en la provincia de Cádiz. Después llegarán las municipales y autonómicas en otras regiones. Allí podremos comprobar si este movimiento ha llegado para quedarse… o si será otro capítulo más en la historia cambiante del centro político en España.